¿QUIERES QUE TUS HIJOS COMAN SANO?


Como sabréis, los índices de sobrepeso y obesidad van en aumento, de forma alarmante y sobre todo en la población infantil. Es triste que España se sitúe entre los primeros puestos de Europa en obesidad infantil.

¿Qué podemos hacer los padres y madres en este sentido? ¿Es posible luchar contra el poder que ejerce la industria alimentaria y el marketing en las decisiones alimentarias de nuestros hijos?.

Es muy difícil, esa es la verdad. Los más pequeños están expuestos a miles de anuncios de comida basura en todos los canales televisivos y en internet, anuncios perfectamente diseñados para influir en ellos, llenos de canciones o historias chulísimas, con sus personajes infantiles preferidos. (Si os interesa el tema tenéis este magnífico post de Gominolas de Petróleo titulado "No dejes que la publicidad alimente a tus hijos").

Además, a cada paso encontramos cada vez más sitios de comida rápida (que encima te regalan un juguetito como premio), cafeterías con expositores llenos de bizcochos, dulces, con miles de colores y opciones superatractivas; hay chucherías en los supermercados, las gasolineras, los estancos,...incluso es habitual encontrar máquinas expendedoras de comida basura: chocolatinas, dulces ultraprocesados y chucherías en hospitales infantiles. Terrible.

En el colegio o la guardería la gran mayoría de los niños llevan a diario zumos, batidos, bollería y pastelitos. Lo sé a ciencia cierta pues he trabajado como maestra durante bastante tiempo y la cosa no va a mejor. Nadie lleva fruta a no ser que se establezca por parte del centro educativo, y aún así cuesta mucho.

Tampoco desde las instituciones oficiales o desde los gobiernos se llevan a cabo medidas para luchar contra esto y las pocas que hay resultan totalmente ineficaces. Mientras, no sólo la obesidad, sino el número de enfermedades relacionadas con una mala alimentación se elevan año tras año.
En fin,...voy a parar porque me entra rabia y tristeza a la vez.

Cada uno de nosotros, en cada casa podemos poner nuestro granito de arena y promover una alimentación saludable en nuestros hijos. Si queremos que nuestros hijos opten por alimentarse de una forma sana ¿qué herramientas podemos utilizar?.

Si tenemos en cuenta las recomendaciones que nos da el genial Luis Jiménez en este post de su blog "Lo que dice la ciencia para adelgazar", las que recoge Julio Basulto en su libro "Se me hace bola", y las estrategias que yo utilizo habitualmente y me han dado buenos resultados en mi familia, podemos hacer lo siguiente:

1. PONER ALIMENTOS SALUDABLES A SU DISPOSICIÓN
Tener siempre a la vista y a la mano frutas variadas. En casa nunca falta un frutero, del que tirar rápidamente si hay hambre a cualquier hora, en un lugar destacado del salón y/o la cocina. Mejor con variedad de frutas (todos tenemos nuestras preferencias), de distintos colores y dispuestas de forma atractiva. Habrá que ir reponiendo cada día ¡Que no falten!

Tener siempre en casa aperitivos saludables, como alternativa a las perjudiciales chuches: Pipas de girasol, pipas de calabaza, frutos secos variados (tostados, no fritos y mejor sin sal): nueces, avellanas, cacahuetes, pistachos, anacardos,..., altramuces, aceitunas (sin relleno, please ), alcaparras, pepinillos,... No podéis decir que no hay opciones, alguna seguro que les encanta.

No hay que convencerlos, ni intentar venderles alimentos sanos, simplemente que estén ahí para ofrecérselos.

2. PREPARAR LOS ALIMENTOS DE FORMA APETECIBLE
Prepararlos de forma atractiva para nuestros sentidos, y que estén ricos ¡por favor!.
Por algo el emplatado es tan importante en cocina, nos atrae positivamente y nos dispone a comer. Hay que cuidar, en la medida de nuestras posibilidades, la presentación; intentar que los platos resulten bonitos, sobre todo si los que van a comer son niños.

En cuanto al sabor hay que hacer comidas sanas pero sabrosas, tenemos que hacer frente a las comidas superpalatables que ofrece la industria alimentaria, que atrofia nuestras papilas gustativas.

Por ejemplo hacer uso de especias y aderezos como la pimienta, pimentón, comino, cúrcuma, jengibre, curry, clavo, tomillo, cilantro, perejil,... en las cremas, guisos, verduras, pescados y carnes.

Alegrar las ensaladas con vinagretas sabrosas, haciendo uso de los aderezos ya nombrados y utilizar también yogur, queso e incluso un poco de miel para las salsas. Podemos introducir elementos que aporten distintas texturas y sabores como conservas de pescado (atún, caballa, mejillones), trozos de pollo o pavo, frutas frescas, quesos, frutos secos y semillas,...

Para endulzar podemos utilizar frutas dulces frescas o desecadas (uvas pasas, ciruelas, dátiles), canela, cacao, coco rallado...

3. DAR EJEMPLO
Como ya vimos en este post del blog sobre el ejercicio físico, es muy importante dar ejemplo con nuestras actuaciones.

Somos un modelo para nuestros hijos cada momento del día, aprenden constantemente de nosotros. Difícilmente conseguiremos que nuestros hijos tomen fruta si nosotros no lo hacemos.

Es importante que estén expuestos a los alimentos saludables, aunque ellos no los tomen, pero que los perciban como habituales en la alimentación de su familia, que sean conocidos y familiares para ellos. El tiempo hará el resto.

4. ALEJARLOS DE LOS POCO SALUDABLES
Por favor, debemos evitar los productos altamente procesados. No ofrecerlos y no comprarlos. Si no los tenemos en casa no los comerán.

Si salimos a comer fuera, ofreceremos alternativas distintas a los sitios de comida basura conocidos por todos .

Yo voy con mis hijos a los bares y restaurantes a los que a mí me gusta ir y comen lo mismo que yo.
Les encanta ir "de tapas" por las bodeguitas típicas y comer en restaurantes de comida marroquí, china, hindú o peruana, tan pintorescos; y les gusta, tanto como a mí, disfrutar de la comida de calidad con un buen servicio y atención. Los niños no son tontos.

Mis hijos fliparon con estas maravillosas tapas

5. NO UTILIZAR LA COMIDA COMO PREMIO/CASTIGO
Es muy habitual que se usen las chucherías como premio o recompensa. Este es un gran error ya que las asociará a las emociones positivas vividas con ellas.

Es mejor ofrecer otro tipo de refuerzos positivos que no estén relacionados con la comida. Además nuestro cerebro lo aprende y puede que en el futuro busque esas buenas sensaciones y recurra a la comida para lograrlo.

Por otro lado, obligar a los niños a comer, castigarlos frente a un plato hasta que se lo coman, va a producir el efecto contrario: rechazo, manía o aversión hacia determinados alimentos o incluso al momento de la comida.

No podemos pretender les guste todo. Hay que respetar los gustos particulares, debemos ofrecer pero no obligar. 

6. NO PROHIBIR
Es importante diferenciar entre no ofrecer malos alimentos a nuestros hijos y prohibírselos. En circunstancias determinadas como cumpleaños, celebraciones y días especiales van a estar presentes.

Lo mejor es no prohibirlos. Si les restringimos su consumo, aumentará su interés hacia tales alimentos, es mejor no darles importancia.

Lo prohibido despierta el interés y el deseo. Prohibirlos puede dar lugar a que cuando tengan oportunidad se lancen a por ellos y se atiborren, será peor el remedio que la enfermedad.

7. HACERLOS PARTÍCIPES
Podemos hacerlo de diferentes formas:
  • Elaborar junto a ellos la lista de la compra, que participen en la elección de alimentos.
  • Ir a a hacer la compra con ellos, llevarlos al mercado, a las tiendas del barrio, lugares donde puedan ver una gran oferta de productos frescos.
  •  Meterlos en la cocina, ponerles un delantal y que participen de la elaboración o hagan ellos mismos un plato. Podemos aprovechar el boom de los programas televisivos de cocina para atraerlos hacia ese mundo. 
  • Otra opción es apuntarlos a cursos o talleres de cocina para niños. Si buscáis bien, encontraréis buenas  opciones de cocina saludable, y si no las hay ¿os atrevéis a organizar un mini taller en casa con sus amigos?

La influencia de los padres y madres en la formación de los hábitos alimentarios es muy importante. El poder que tienes en la toma de decisiones alimentarias que hagan tus hijos es enorme, no lo infravalores y lucha. Que la industria alimentaria no decida por ellos.